Sah, una vida de bienestar
cognitivo
(parte I de III)
Sah, en el
cole solía presentar aspectos por
mejorar, problemas según sus profesores, referidos a su falta de
atención y olvido frecuente de las instrucciones que se le daban para llevar a
cabo las tareas correspondientes.
-Le toma
mucho tiempo terminar las tareas; interrumpe con frecuencia a sus compañeros y
revolotea por todo el colegio. Era el libreto de todos los profesores de Sah.
En casa sus
padres solían discutir con Sah por las mismas cuestiones dichas por los profes,
a lo que se le sumaban las continuas quejas demandadas por los padres de algunos
de sus compañeros al provocar retraso en las tareas de sus hijos, a causa de
las distracciones a los que los inducía Sah.
Sah, por
encontrarse entre los 0 y 6 años de edad vivía lo que los psicólogos llaman
período crítico en la etapa infantil. Frente a esto, pensaba su madre, la
solución primera no podía ser la medicación para Sah, por lo menos no bajo el
borroso y usual diagnóstico de los profesores, quienes a vuelo de pájaro suelen
dictaminar, a diestra y siniestra, a todos los niños con TDH.
-Otra
solución habrá. Decía con angustia esperanzadora la madre.
Era evidente
que Sah no la pasaba del todo bien en el cole con sus compañeritos y profes, tampoco
en casa con sus padres. Los constantes castigos en la escuela y en la casa
privaban todo el tiempo a Sah del recreo y la tele.
El ser
humano cuenta con capacidades motoras, emocionales, psicosociales, funcionales
y cognitivas, y Sah presentaba aspectos por mejorar en su funcionamiento cognitivo,
principalmente en su capacidad de atención y memoria, lo que le generaba
dificultades para adaptarse al entorno escolar y familiar y responder a sus
respectivos requerimientos.
Sah no
lograba concentrar su atención, lo que conducía a que no se fijara en la
información específica y, por ende, no la recordara ni siquiera pasados algunos
minutos.
La atención
y la memoria son dos ejes del aprendizaje, lo que conducía a Sah a un bajo
desempeño en su cole al presentar dificultades en las mismas.
Una noche
llegó el papá de Sah a casa con una gran sonrisa. Recibido por su esposa
mientras Sah esperaba en su habitación ser castigada de nuevo por el balance
del día, fue sorprendida por su padre con la siguiente frase: “habrá que
ingresar tu cerebro a un gimnasio”.
Había
comprendido su papá que los aspectos por mejorar de Sah no se debían a
trastornos psiquiátricos ni a desórdenes emocionales. Su esposa, de acuerdo
desde el principio, agregó: - Sah necesita un conjunto de estrategias y
técnicas para fortalecer y optimizar su funcionamiento cognitivo.
Desde el
momento en que Sah comenzó a fortalecer sus capacidades cognitivas, logró mayor
autonomía en el colegio, sus profes le indicaban por primera vez lo que debía
realizar y con ello era suficiente: Sah comenzaba, ejecutaba y concluía sus
tareas con muy pocas interrupciones, y casi con ninguna distracción generada a
sus compañeritos.
Profesores y
padres de Sah aprendieron que la atención y la memoria necesitan ser entrenadas,
y que, en el caso de la atención básicamente, es un recurso limitado en todo
ser humano, por lo que no había que exigirle a Sah que permaneciera más de 30
minutos en una sola tarea.
Entendido lo
de la atención como recurso limitado, sus profes comenzaron a generarle
circuitos de aprendizaje a Sah, con tareas que no exigieran más de 30 minutos
de su atención. Terminada una actividad, y para que Sah no se desfocalizara,
inmediatamente le tenían preparada otra, en otro lugar del salón y con otra silla,
incluso sobre un pupitre con pedales o frente a un atril.
Ahora Sah se
divertía más con sus tareas, y el tiempo en castigos se había convertido en
tiempo de gozo con sus compañeritos.
Sah, como la
mayoría de estudiantes de su edad, presentan aspectos por mejorar, en
diferentes grados por supuesto, pero que en la mayoría de casos la respuesta no
es llevarlos a que pierdan la magia de ser niños: saltar, correr, preguntar y
hacer berrinches; sino, más bien, estimularles sus capacidades cognitivas. Esta
es la mejor terapia
no farmacológica que potencializa
sus enormes capacidades cognitivas y hasta emocionales.
Sah creció y
la vida le deparaba nuevos retos cognitivos.
Se
encontraba Sah preparando una exposición para su clase de creatividad en la
universidad, y sentía que estaba teniendo un bloqueo mental; contaba con la
información, no quería presentarla de manera aburrida y típica, pero tampoco sabía
cómo hacerlo de otro modo...
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