Regulación emocional: un reto para valientes
Blanca Mery Sánchez Gómez
Cada vez que hemos reforzado las creencias
irracionales, estas nos han llevado a actuar de manera inapropiada
para nuestra salud mental, han reducido significativamente el grado de
felicidad percibida y han irradiado el pesimismo y la desesperanza a diferentes
áreas de la vida.
Si deseamos alcanzar un nivel adecuado de
regulación emocional, es necesario que nos convirtamos en expertos detectives:
capaces de identificar las pistas fisiológicas y cognitivas que nos da nuestro
cuerpo, las cuales, en definitiva, son piezas claves que nos permiten armar el
rompecabezas de nuestras experiencias emocionales.
Como detectives de nuestras emociones, no nos podrá
faltar en ninguna situación las siguientes estrategias, ellas nos permitirán
controlar la escena:
¿Cómo actuar ante una fuerte descarga emocional?
1. Cero
dramas: la tendencia del ser humano a dramatizar las situaciones y
convertir una gota de agua en una gran tormenta es el detonante de las crisis
emocionales. Lograr la objetividad ante cada situación, identificando todos los
posibles escenarios y siendo conscientes de las consecuencias más “terribles” y
de las menos complicadas, son las llaves que nos abrirán todas las puertas para
ingresar al reino del control emocional.
2. Tómate
un respiro: lograr enfocarnos en la respiración equivale a tomarnos un
gran ansiolítico, pues un cerebro oxigenado toma mejores decisiones.
3. Reestructura
el pensamiento: formúlate las siguientes preguntas: ¿qué está pasando?
Y procede a describir la situación. ¿qué pienso de la situación? ¿qué puedo
extraer como aprendizaje? ¿qué alternativas de comportamiento y pensamiento
tengo para afrontar esta situación? Y si alguien muy cercano experimentara lo
mismo ¿qué le recomendaría?
4. Esto
también pasará: enfócate en vivir un día a la vez. Los momentos
maravillosos, así como los más difíciles, no duran para siempre. Y recuerda que
a veces se gana y a veces se aprende.
Saber identificar nuestro estilo de pensamiento y
direccionarlo hacia la racionalidad, nos permite estados durables de
felicidad, así como contribuir a que otros los tengan. Regulemos nuestras
emociones, adquiramos inteligencia emocional y... caso resuelto: eres la
primera persona quien puede contribuir con tu bienestar.
Comentarios
Publicar un comentario